Su final

Al fin tuvo que comprender que su sitio no estaba en aquel paraíso, sino en la lúgubre cloaca a la que llamaba hogar. Aquí era feliz y no tenía preocupaciones, le ayudaban y les importaba. Volver al mundo real era su peor pesadilla el dejar todas aquellas comodidades atrás sin quererlo. Aquí volaba a sus anchas por el mundo, pero sabía que en algún momento tendría que bajar y volver a andar con las personas que eran de su calaña. Triste realidad y triste persona por volver.
Ahora está sola, con frío y asustada. Se le hace extraño el ver de nuevo las casas de sus amigos y no ver a Richard, su amor de verano. Sabía que le volvería a ver al año, pero no soportaría el que le abandonase. Acostada en un banco no podía ver nada más que el cielo negro con una sola estrella. Esa era su vida: Sola y condenada al martirio de no tener a nadie cuando sabe que todos juntos son un paisaje hermoso y acogedor. Cerró los ojos y se durmió en aquel frío banco.

La pequeña.

Era pequeña, era débil pero nunca se permitía abandonar por muchos problemas que se interpusieran en su camino. Jamás se rendía, así era ella. Tanto cuando tuvo problemas, perdió amigos, a su padre y le maltrató su padrastro. Qué tópico, ¿verdad? El típico padrastro malvado. Se solía decir: ''Algún día mi padre volverá y le hará pagar por todo lo que me hace''. Cuántos bajones, por cada uno de ellos no tuvo a nadie. Sola, ¿os podéis imaginar eso? Solos en el mundo sin nadie que os diga que todo va a salir bien. Ella sólo deseaba una nueva oportunidad con su padre, con todos. Ella tomaba la misma decisión cada día: la de seguir aquí, seguir luchando día y noche contra sí misma. Allí estaba en un banco la pequeñaa niña, sola con su ángel de la guarda a su lado intentando planear cómo abrirse paso en un mundo de gigantes.

Piensa.

Pequeño, no temas, solo piensa que esas bombas son los globos explotando cuando tu padre y tu jugabais felices hace años. Piensa que esto es solo durante un momento, piensa que solo faltan unas horas para ver a tu madre. Piensa en el momento en que veras a tu hermana. Oh, Lucía, la pequeña Lucía, ya es mayor y te necesita. Sé fuerte, pequeño, porque yo siempre estaré aquí, jamás te abandonare y ellos tampoco, seremos tus pilares, lo que te hace fuerte, por lo que vale la pena luchar. Piensa en lo que tendrás: una esposa casi tan hermosa como tu futura hija y un hijo tan fuerte como tu, tan hábil y tan feliz como tu. Sé fuerte porque todo eso merece la pena.

Will

Querido Will:
Te echamos de menos y ahora nos das la espalda, después de haberte sacado de aquel pozo de dolor en el que estabas. Nunca nos arrepentiremos de todo lo que te dimos. Nunca quisimos nada a cambio, solo quisimos tu felicidad, solo quisimos verte disfrutar de esta vida como nunca tuviste ocasión. Hoy te fuiste y no podemos con nosotros, no podemos ver esa cama vacía, ese armario sin tu ropa de chico mayor. ¿Por quién nos dejaste? Por nadie. Al verte bien creíste que no nos necesitabas. No te culpo, yo también lo hubiese pensado. Sólo te queremos desear lo mejor y que siempre estaremos aquí para cuando tú quieras, pequeño gran aventurero. Te queremos y nunca te negaremos tu lugar junto con nosotros. Sólo deseo que algún día puedas volver a vernos, a vernos a todos. 
ATT:  Tus grandes aventureros.

Adiós

Y corrió y corrió tanto como pudo. Dejando atrás todo su pasado y al amor que tanto le tuvo atado. Ya era libre y podía hacer cuanto quisiera por mucho que le apenara el dejar a lo que fue su todo durante años porque el mundo era suyo. Cuando paró, se apoyó en sus rodillas jadeando por el esfuerzo. Quiso mirar cómo se lo habían robado todo, pero no, no tenia corazón y quería que el último recuerdo de ella sea bueno, feliz, como lo fue siempre. No sentía pena ni tristeza, sino alegría y unas ganas locas de vivir la vida se instalaron en él. Con ello, recordó la gran frase que ella siempre le recordaba:

''CARPE DIEM''

Esperando.

Esperando, viendo los coches pasar, viendo como cada persona con diferentes recuerdos con diferentes conocidos, avanzan sin parar con prisa pero sin pausa. Esperando, viendo como los pequeños y grandes pájaros se intentan abrir paso entre los ruidosos coches. Esperando ver a mi querida madre, esperando verla como una pequeña brisa en medio del verano. Pero no, no aparece. Espero y espero, pero nadie llega. Sola estoy como siempre temí que ocurriera.

Única

Se quería sentir viva, no quería ser una más, ella quería destacar. Quería vivir su propia vida con sus propias decisiones. Nadie la conseguía domar, ¿acaso no lo intentaron? Yo diría cientos. Rebelde como nadie, irremediablemente especial, en el mejor de los sentidos. Nunca fue como las demás. Ella sola la que conseguía alzar la voz por encima de todos los demás alguien única y si, así la describiría yo, única, un espíritu libre sin ninguna atadura. Yo tuve la suerte de poder conocerla, y hace pocos meses se fue de mi lado, tan desiguales que no nos separabamos, como imanes, la quería tanto y nunca se lo dije. Siempre deseo volverla a ver y volver a su lado como tantas veces atrás.

Abandono

Cientos de veces ella le pidió que él se marchara, que la culpa era de ella, que no pasaba nada aunque le pegara. Aún con todo lo que ella le amaba y con un hija, él se marchó un buen día de verano siendo el peor para la chica y su hija. Luchando contra el mundo y a pesar de todas las caídas y derrotas ella nunca fallaba. Todo por aquella preciosa niña de tez blanca y melena rubia, tal y como su padre, muy a su pesar. Tantos hombres se le acercaban, pero ninguno la igualaba, nadie tan bueno que la mereciese. Todos tan malos y perversos como él por dentro,tan sanos y esbeltos por fuera.