La pequeña.

Era pequeña, era débil pero nunca se permitía abandonar por muchos problemas que se interpusieran en su camino. Jamás se rendía, así era ella. Tanto cuando tuvo problemas, perdió amigos, a su padre y le maltrató su padrastro. Qué tópico, ¿verdad? El típico padrastro malvado. Se solía decir: ''Algún día mi padre volverá y le hará pagar por todo lo que me hace''. Cuántos bajones, por cada uno de ellos no tuvo a nadie. Sola, ¿os podéis imaginar eso? Solos en el mundo sin nadie que os diga que todo va a salir bien. Ella sólo deseaba una nueva oportunidad con su padre, con todos. Ella tomaba la misma decisión cada día: la de seguir aquí, seguir luchando día y noche contra sí misma. Allí estaba en un banco la pequeñaa niña, sola con su ángel de la guarda a su lado intentando planear cómo abrirse paso en un mundo de gigantes.

Piensa.

Pequeño, no temas, solo piensa que esas bombas son los globos explotando cuando tu padre y tu jugabais felices hace años. Piensa que esto es solo durante un momento, piensa que solo faltan unas horas para ver a tu madre. Piensa en el momento en que veras a tu hermana. Oh, Lucía, la pequeña Lucía, ya es mayor y te necesita. Sé fuerte, pequeño, porque yo siempre estaré aquí, jamás te abandonare y ellos tampoco, seremos tus pilares, lo que te hace fuerte, por lo que vale la pena luchar. Piensa en lo que tendrás: una esposa casi tan hermosa como tu futura hija y un hijo tan fuerte como tu, tan hábil y tan feliz como tu. Sé fuerte porque todo eso merece la pena.